PUESTA AL DÍA: CUIDADOR INFORMAL.
Resumen
Se denominan cuidadores informales a las personas que realizan la tarea de cuidado de personas enfermas, discapacitadas o ancianas que no pueden valerse por sí mismas para la realización de actividades de la vida diaria (aseo, alimentación, movilidad, vestirse) administración de tratamientos o acudir a los servicios de salud, entre otras.
A efectos reales, sigue siendo la familia, sin haber manifestado explícitamente su deseo de hacerlo, la encargada principal de los cuidados, la que mayores recursos de salud aporta a la dependencia y la que asume la responsabilidad del mantenimiento y el desarrollo del dependiente que reside en el hogar.
El interés de un enfoque de género es claro: su elevada feminización, tarea que supone el desempeño de un rol tradicional, merma de participación social y autonomía de las cuidadoras, relaciones interpersonales que se complican.
Se realizó un estudio observacional de tipo transversal mediante una encuesta estandarizada , normatizada y anónima que incluía la Escala de sobrecarga del cuidador de Zarit y un cuestionario de datos del cuidador a 100 participantes .
Se llegó a los siguientes resultados: Un porcentaje bastante elevado de cuidadores son mujeres frente al género masculino; el 85 % de los cuidadores son de género femenino, el género masculino representa el 15 %; el síndrome de Burnout lo padecen un 68% de estos cuidadores, un 32 % no padecen el síndrome; además que aquellos cuidadores que asistían a programas de ayuda registraron menores niveles que los que no acudían a dichos programas, un 75 % no reciben ningún tipo de terapia, sólo el 25 % reciben terapia. A pesar de ello un elevado porcentaje de cuidadores no reciben ningún tipo de terapia.
Realizar intervención de enfermería en el cuidado del individuo y de la familia, proporcionando conocimiento y habilidades para afrontar el cuidado en las mejores condiciones posibles; técnicas de relajación, manejo de estrés, organización del tiempo y estrategias para compartir el cuidado con otros miembros de la familia. Promover un entorno mental, físico, espiritual, de soporte de protección y recuperación, dado con la creación de asesorías domiciliarias con un grupo interdisciplinario asignado a las cuidadoras.
Implementar un nuevo paradigma en la incorporación del hombre al trabajo doméstico como evento revolucionario que se requiere en los nuevos roles socioculturales, con participación equitativa hombre/mujer, con resultados reflejados en la dinámica familiar de igualdad y respeto en la socialización de los hijos.
El proceso educativo permite compartir experiencias y conocimientos. Por tanto, se hace una herramienta fundamental de participación dentro del proceso de cuidado, con actividades de autocuidado como un comportamiento social activo, que promueve la calidad de vida.